Permítanme ingresar a sus miradas con algunas letras que trato de perfumar mediante los saltitos de mi existencia, letras que recogí en un guacal del pozo de mis sentipensares y pensasientos, y los derrame en el libro de los recuerdos, para que algún día sean bebidos por alguien.
Agradezco aquello Seres que me ha permitió discurrir minutos, que congelo en anécdotas, en un libro que evita el paso inexorable de la vida, gracias por ingresarme a ese remolino dantesco de la vida.
Salvémonos mediante los sentimientos, de este un mundo liquido, mundo donde la palabra esta perdiendo su sentido, donde nos vemos pero no nos leemos, en donde conocemos de todo pero profundizamos en la nada, un mundo donde el narcicismo es más latente que nunca, hagamos que la maldita muerte no tenga la última palabra, y que la vida abrace las palabras de aquellos que tanto apreciamos, en síntesis: Abracémonos, estimémonos, amemos, y enredemos la vida en el juego de las palabras.
Profesión
- ¿Por qué decidió ser
profesor?
-Para no morir nunca.
- ¿Para no morir nunca?
-Sí, porque hay dos formas de morir en esta vida, una es mediante la desintegración de la carne; algo inevitable, y la otra es morir en el pensamiento de alguien y mi intención es vivir en el pensamiento de aquellos que me conozcan.
Somos
-Si a usted le pregunta,
¿Quién es? ¿Qué diría?
-Pues, soy el sueño que me sueña, las palabras que me hablan, la imaginación que me piensa, los ojos que me miran y sobre todo soy el otro corazón que me ama.
- ¿Cómo está?
- Bien, gracias.
- Me alegra saber que está
bien.
Él sabía que esas dos
palabras por lo general eran un decir, más no un sentir.
Tragedia
- ¿Le escribiste para
saber cómo estaba?
- Sí, claro que lo hice.
- ¿Qué te dijo?
- No me contesto.
- ¿Y eso?
-Hay momentos en los
cuales el dolor es tan grande, que la soledad es un alivio
Memoria
-Mira que mi novio me
regalo algo.
- Así, ¿qué fue?
-Esta hermosa pulsera, ¡él
tiene otra igual!
-¡Que bien!
Sin embargo, él se sintió desencajado ya que nunca había regalado algo así, esos detalles que enamoran a las personas, se decía muy dentro de sí, “me siento mal por no hacer que otra persona se acuerde de mí al ver un arito, una pulsera, unos lentes, un reloj, un collar, una cartera; sólo espero que aquellas sonrisas y conversaciones que le regale, no las olvide jamás, sólo espero que esa sonrisa le haga recordarme siempre”.
Carne y corazón
-Y usted ¿Cuántos hijos e
hijas tiene?
-Tres por total, pero
estoy divorciado.
- Resiento escucharlo.
- Yo no reciento decirlo,
hoy me dedico a los deseos de la carme más que los del corazón.
-Éxito entonces amigo.
Contenido
-Sabes amigo, hay algo que
no entiendo.
-Sí, ¿qué desconoces?
- ¿Cómo se enamoran las
personas si ni poemas se dedican?
-Pero eso es sencillo, si
tienes dos vasos vacíos ambos se complementan, pues así es el amor de
hoy, el problema es cuando uno de ellos contiene una gota de agua – ríe-
- Bueno, pero creo que esa respuesta no aplica para todos.
-Eso sí, hay muchas formas
de amar y sentirse amado.
Mañanas
- -¿Ya ratos estas aquí?
- -Si, desde las 6:20 a. m.
- -¿Hiciste café?
- -No, me puse a revisar unos trabajos.
- -¿Y qué estas esperando para hacerlo?
Este era el café y pan
nuestro cada día que tanto amaba.
Cómplices
-¿Qué hará hoy en la
tarde?
-Tengo clases.
-Pero, los jueves no da
clase, verdad.
-No.
-Nosotras saldremos a
tomar café...
Estas eran las 21 palabras con las que iniciábamos una conversación que se convertiría posteriormente, en una hermosa tarde de sonrisas, platicas, y vivires acompañados de bellos recuerdos que mojamos en café.
Todos éramos cómplices que aquellos momentos de vida.
Particularidad
-¿Cuántos
libros ha leído?
- Pues la verdad, no suelo contarlos, en raras ocasiones lo hago, pero puedo decirle cuales me enamoraron más.
Latidos
Doctor:
Su corazón suena estable, sólo me inquieta algo.
Paciente:
Por favor sea directo doctor.
Doctor:
No es nada de alarmar, sólo que su corazón al momento de revisarlo presenta
latidos muy fuertes, recomiendo evitar un cumulo de emociones, esto es normal
por su juventud.
Paciente: Lo que no es
normal es vivir emociones que unos perciben triviales, pero yo siento cada
latido como el último.
Adioses que evitan holas
-Creo que ambos débenos
decir adiós, para no sufrir más.
-Es lo mejor.
Y fue tanto el dolor que prefirieron la vigilia, y de esta forma evitar que sus vidas se reencontraran diariamente en los pasillos del sueño.