jueves, 11 de marzo de 2021

El tiempo y la educación:

Una reflexión sobre el tiempo y la educación líquida.

“Si nadie me lo pregunta, yo lo sé, para entenderlo; pero si quiero explicarlo a quien me lo pregunte, no lo sé para explicarlo.”

San Agustín.


Si nos preguntan ¿Qué hora es?, la respuesta suele ser tan sencilla como mirar el reloj, pero si cambiamos la pregunta a: ¿Qué es el tiempo?, la respuesta no será tan fácil al momento de exteriorizarla; ahora si nos preguntamos ¿Qué función tiene el tiempo como elemento de construcción del ser humano en los espacios pedagógicos, en una era tecnológica?, la respuesta puede llegar a tener mayor complejidad. Buscamos en este escrito intentar dar respuesta a la pregunta, y es que el tiempo debe inquietarnos aún más desde la labor docente, ya que debemos cumplir con las asignaciones académicas en un tiempo determinado.

    El ser humano desde tiempos muy antiguos busca una explicación al misterio del tiempo, los Mayas por ejemplo, son una de las civilizaciones que se preguntó sobre ello y la elevo al punto de establecerla como nuestro padre fundador.

“Y los días se echaron a caminar. Y ellos, los días, nos hicieron. Y así fuimos nacidos nosotros, los hijos de los días, los averiguadores, los buscadores de la vida. (El Génesis, según los mayas)” (Galeano 2011, pág. 06)

    Galeano, desde este fragmento nos invita a la reflexión cuando expresa que somos los buscadores de una vida en el tiempo, destacando que el tiempo permitía a las antiguas culturas conocer sobre las fechas de cultivos, ceremonias y rituales entre otras actividades, es indiscutible que el tiempo en nuestras culturas originarias era una base fundamental de su existencia. La visión del hondureño sobre el tiempo como en muchas partes de América Latina está ligada al proceso de "conquista" española, que elimino las cosmovisiones de nuestros pueblos, de esta manera se impuso sobre nuestros antepasados una idea occidentalizada, borrando la cosmovisión de nuestros pueblos originarios, así lo expresa en su libro Rivas (2000):

“La conquista y la colonización española de Honduras consistió en un proceso de destrucción violenta de la organización económico-social de los pueblos indígenas.” ( pág. 60)

A los hondureños se nos ha impuesto estas formas de pensar el tiempo y muchos patrones de conducta, si partimos de esta idea de imposición, podemos comprender que en la actualidad somos presa fácil de las visiones del tiempo impuestas ahora no del español, sino desde la globalización, y con ello llevar una vida de consumo mercantilizado y virtualizado en una sociedad liquida que impacta en la labor educativa. El tiempo en la sociedad contemporánea carece de las connotaciones y se ha convertido en frases triviales, de ahí la famosa “hora de hondureño”, en la cual se desnuda con un descaro y sin pudor, que el tiempo carece de importancia ya sea, frente a una reunión, una cita, incluso de una clase. En el libro Ética para jóvenes se nos invita a que volvamos a esa idea fundamental sobre el tiempo.

“El tiempo visto por la ética es la duración de cada una de las acciones positivas o negativas que hacemos en el transcurso de nuestra existencia, lo mismo de las cosas buenas que dejamos de hacer” (Becerra 2000,pág. 87)

Es indiscutible que cualquier acción humana tiene implícito la idea de temporalidad y ética. Cuando Martin Heidegger, filósofo alemán plantea la estructura y los elementos de la pregunta ontológica (La pregunta sobre el ser) y establece que el único que la puede contestarla es el humano (“ser-ahí”), esto nos permite recapacitar la idea: “El ser humano es un ser en construcción constante”, y esta construcción se da en un tiempo-espacio, y con ella implícito el elemento pedagógico. Si hacemos un recorrido por la vida humana desde el feto, nosotros ya estamos en un proceso de construcción educativa, por medio de la madre, y cuando nacemos los primeros siete años son necesarios para adquirir habilidades, es desde ese tiempo que pasamos a un sistema educativo formal, seis años de escuela, seis años de educación media, cuatro o cinco años en la educación superior, dos o tres de maestría, eso nos da un aproximado de dieciocho años de educación formal, claro que el resto de nuestra vida pertenece a lo que llamamos educación informal, que no deja de ser menos trascendente. 

Por ende, los estudiantes que tenemos frente a nosotros son agentes fundamentales y nuestra labor es una acción orientada con sentido como lo plantea Gimeno Sacristán (1998)

“(…) la aceptación de practica educativa como acción orientada, con sentido, donde el sujeto tiene un papel fundamental como agente, aunque insertado en la estructura social”. (Pág. 35)

Un joven de colegio pasa un aproximado de seis horas en el centro educativo, cada clase oscila entre cuarenta o cuarenta y cinco minutos, un salón de clases puede llegar a tener treinta jóvenes (antipedagógico). Somos los profesores los que nos manifestamos y transformamos el mundo de lo que acontece, este principio lo tiene muy bien asimilado el sentido los docentes (Sancristán, 1998, pág. 37). En las aulas de clase hacemos un ritual de pasos, de acuerdo con nuestros planes de clase: exploramos conocimientos previos, damos el tema, realizamos estrategias de enseñanza etc. Finalizamos nuestra clase con el timbre (es un elemento de mecanización) y estos estudiantes van con otro docente que realiza el mismo protocolo, pero con en otra especialidad, la pregunta es ¿Logramos los objetivos durante ese tiempo? El reloj y el plan de estudios no son otra cosa que tecnologías que se utilizan para ejercer control sobre el alumnado (…) La tiranía del reloj impregna todo el sistema escolar, una clase debe durar hasta (y acabar con) el sonido del timbre. Así, aunque los alumnos estén a punto de alcanzar la comprensión de algún tema, la lección tiene que finalizar. (Pág. 145).

Es una postura muy crítica sobre lo que se hace con el tiempo de clase, Ritzer en su libro La Macdonalización de la sociedad, hace fuertes señalamientos a que los docentes que invierten el tiempo más en robotizar el cerebro y no liberarlo a la creación, reflexión y análisis de la sociedad. Muchos de los objetivos de la enseñanza, ya desde un primer momento, se encaminan a mantener a los alumnos sujetos a sus normas y regulaciones.

Es indiscutible que la labor docente debe ser liberadora como expresaba Freire y debemos cumplir ese tipo de enseñanza, el buen funcionamiento del tiempo un elemento de construcción del ser humano en los espacios pedagógicos y no una imposición del conocimiento. El docente por otro lado cuenta con un tiempo fuera de las aulas de clase, que conocemos como actividades extra escolares es una forma de nombrar a un tiempo que discurre fuera de los centros educativos, pero que no es ajeno al tiempo y actividades escolares, sino más bien su continuidad. Es un tiempo que al definirlo como extraescolar puede parecer que cobra el sentido de no estar intervenido por la institución escolar, como tiempo de reparación de la estancia en la misma o como añadido que se yuxtapone a ésta antes de asistir a los centros,  los educadores se dedican algún tiempo para la preparación de sus clases, realizar ejercicios u otros trabajos para el instituto antes de salir de casa por la mañana.  (José, 2008, pág. 94).

En Honduras se tiene una parte de la sociedad que consume mucha tecnología, una sociedad que conoce de todo pero no profundiza en nada (Síntoma de una sociedad liquida), además la era tecnológica requiere de una lupa para tener fuentes confiable. Por otra parte la sociedad es displicente a la lectura, factor importante en la construcción del ser humano y podemos considerarlo una forma de adquirir ideas, posturas, perspectivas de forma confiable. Este gusto por la lectura debe ser fomentada desde varios espacios de relación entre individuos como expresa Sacristán (2005):

“(…) relacionarse con la experiencia de los otros, que en realidad es lo que nos hace verdaderamente humanos. El individuo moderno es el sujeto lector. Somos lo que leemos y según como lo hacemos.” (pág. 90)

El verdadero problema de la poca práctica de la lectura parece situarse más en el terreno de los hábitos que en el de los medios; para fomentar la habituación, las bibliotecas pueden ser un estímulo importante y no un lugar de castigo. Lo más grave es la falta de motivaciones para leer, lo cual no es un problema de medios, sino el síntoma de un déficit cultural y educativo, la  existencia de una débil orientación subjetiva hacia la lectura.

Sin duda alguna la construcción del ser humano en los espacios pedagógicos se ha complejizado ya que la educación no se mueve al ritmo de la sociedad y los docentes al ritmo de los estudiantes, es función de nosotros los docente poner estos retos frente a la mesa y buscar opciones que se adecuen a nuestros estudiantes en particular, caeríamos en un error dar una receta única ante tanta diversidad, el reto es grande y el tiempo se nos marcha como agua entre los dedos.

Por: Erick Quintanilla.


Bibliografía

Bauman , Z. (2013). Sobre la educacion en un mundo liquido. Madrid: Esposa Libros, S.L.U.

Becerra, L. (2008). Etica para jóvenes. Tegucigalpa: Baktun.

COHEP. (Enero de 2021). Cohep. Obtenido de http://cohep.com/

Galeano, E. (2011). Los hijos de los dias (Vol. 1). Uruguay: Siglo XXI Editores.

José, S. G. (2008). El valor del tiempo en educación. Madrid : Ediciones Morata, S. L. .

Latino Barometro. (2018). latinobarometro. Recuperado el Lunes de Febrero de 2021, de https://www.latinobarometro.org/latOnline.jsp

Rivas , R. (2000). Pueblos indígenas y garífunas de Honduras. Tegucigalpa: Guaymuras..

José, S. G. (2008). El valor del tiempo en educación. Madrid : Ediciones Morata, S. L. .

Ritzer, G. (1996). La Macdonalización de la sociedad. (I. Hierro, & R. Hierro, Trads.) Barcelona, España: Arial, S.A.

Sacristán, J. G. (2005). La educación que aún es posible . Madrid : Ediciones Morata S.L.

Sancristán, G. (1998). Poderes inestables en educación. Madrid, España: Ediciones Morata, S.L.

Schwab, K. (2016). La cuarta revolución industrial . Debate .

Toffler , A., & Toffler, H. (2009). La revolución de la riqueza. Debate., 1-481.

 

 

 

1 comentario:

  1. Que fascinante son sus lecturas estimado, reflejando el gran reto del docente, muchos solo cumplen con un horario, sin embargo, no se dan cuenta que el estudiante está pegado viendo la hora en la que suena en timbre. La cuestión de la lectura, se puede decir que una biblioteca te quita inocencia sin perder la virginidad, muchos hacen lo contrapuesto y temen cuando dicen control de lectura.

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