Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana.
Y del Universo no estoy seguro.
Albert Einstein
Hoy leí un comentario en Facebook carente de
neuronas -como es usual de algunas personas que usan esta red social-. Un “caballero”
se estaba preguntando ¿Por qué motivo esta Berta Cáceres en el altar cívico? Su comentario me sublevó ya que es horroroso
que aun se siga pensando que la construcción de un país es cosa de hombres.
El “altar cívico” ha sido un instrumento del
machismo y durante años se ha incrustado en los niños y jóvenes la idea de “padres”
de la patria, que a mi parecer son idealizados como seres perfectos y casi
dioses (grandes trabajos hay sobre esta idea de quitar esa aura sobre los próceres
del cual no abordaré en este escrito). Con lo antes planteado no estoy sugiriendo
que los próceres sean quitados, al contario. Me permito hacerles una pregunta ¿Qué
tanto conocemos sobre las esposas de estos próceres? ¿A qué se dedicaban? ¿Cuál fue su importancia en la historia? ¿Por qué Ellas no aparecen en el relato histórico?
El hecho de que Berta Cáceres esté en el altar
cívico es un mensaje de despatriarcalización sobre la idea de nación. Yo como
un enamorado de la historia creo que en el altar cívico debería estar impreso
el rostro de grandes mujeres como Teresita Fortín, Clementina, Blanca Jeannette
Kawas, Lucia Gamero, Visitación Padilla, Juana Pavón y cientos más, porque una
nación no la construyen solo hombres, están también aquellas mujeres que día a
día luchan por un mejor país. No sé si con este argumento personal respondí al “caballero”
su interrogante, solo diré que a mi parecer deberías tener más Madres de la
patria.